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lunes, febrero 26, 2007
y que importa si el calor. las suelas siguen tan obstinadas como siempre, casi como antes. Entonces por que no un tren ruidoso, nO tan caluroso como se temía, pero si largo. Y ver como se van dibujando estaciones que dan ganas de cambiar el destino elegido de antemano. y entonces bajar, andar, beber un agua que dura menos de cinco baLdozas. miRar, un poco decir que feo pero a la vez no, darle cierto mérito a esa agua que se bandolea entre barquitos. Encantarse, transpirar, quiza sonreiR con alguna ocurrencia, hablar sola,. preguntarle a alguien por el mercado. y entonces que las piernas te hagan hueLga, pidiendo a latidos una silla por favor y una cerveza bien helada con librito. leer las historias - del libro- pero tambien descifrar la de los otros que andan dando vueltas por ahi. seguir andando, insistente berretín, hasta decir bueno, se podría intentar alguna foto, pero no. Y entonces, en la mania por seguir viendo un poco mas, encontrar un bar donde el sol no es posible y unos hombres - viejo joven viejo niño- juegan al pool -no billar-. abrir los ojos con la sonrisa fresca de la casi doña y decir, bueno, un cinzano. que venga con un sifoncito de vidrio es solo darle exagerado encantamientO. en fin, otro dia andando solitariamente, lindamente.
biR 12:36 p. m.
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