lunes, abril 23, 2007

 
¿qué hacer cuando una se cansa de extrañaR?

hablando de "el quillá" se me viene una siesta de mandarinas al sol y despues caminata. El quilla es claramente veraniego, o para esas siestas de agosto que la van de primavera.
Una vez mas la luz y el borde. jha. quien iria a creeRlo?,
se me viene el tiempo donde el tiempo - relleno de merengadas- se deslizaba entre cosas como las de ahora y algunas ni parecidas, pero sin embargo tan espritu en estado puro. Tanto extasis de andar y andar, de comerse el mundo, de rasparse las rodillas.
Cae mi caleidoscopio steadycam...
Mira como hablando con conocidos o extraños, o porque de repente de afuera alguien pide algo en la verduleria y escucho, me pasan esta cosa.
estrenar el invierno sola parece extrtaño. No ya el tia maria que considerabamos la "apertura oficial de la temporada", emponchadas ajenas al glamour, caminando por la general paz hasta boulevard y de ahi a cualquier antro de perdiciOn.
Y si me apuras te digo que hasta por ahi en el ultimo trago de la tonica se me infiltran risas en la SL, con idas que de repente se convierten en picadas a la madrugada en lo de la pequeña que me acompaña en las cuestiones vinísticas.
El viento afuera anuncia noche fresca, pero no las niñas haciendo locuras entre disfraces y tequila. Ni los niños desafiando el frio en mangas cortas.
es lunes,
es gris,
entendeme.