jueves, julio 05, 2007

 

Hace una semana, entré a un ciber a imprimir unas hojas cuando de repente una imagen me sacó diecisiete años de encima.
Ahi estaba, indiferente al tiempo, un rollo de papel contaCt floreado. Y no era, no, mi emocion alocada solo por el deScaro coLoril que traia. Era otra cosa. Eran mis seis años y el baul/mueble en la casa de mi abuela ( que aun esta, guardado en el cuartito de arriba) forrado con ese papeL. El bauL donde se guaRdaba el uniCO y mejor juguete que habia en esa caSa: la muñeca de las dos caras. Su encanto radicaba en que una podia giraRle la cabeza para elegir la cara del dia: de un lado, la sonrisa, del otRo, el berrinche totaL. Aún recuerdo el horror con que Belén, otra nieta del barrio, ( más tarde " belencita" aunque fuera mayor que yo, cuando cantábamos juntas) miraba esa muñeca que nada compaRtía con las muñecas del momento.
Qué juguete mas especiaL y queRido.
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(Y entonces, el cuadernito rivadavia, hasta entonces con su clásica tapa amarillenta, llegó a su máximo de expresion, con EL contact de la vida)